Hacia dónde y cómo

Hacia dónde y cómo

domingo, 4 de marzo de 2012

Frito en verano y escabeche. (Sintiendo-La)


(Una simple barra de bar en el fondo con algunas sillas y botellas de ginebra en la pared, con luz tenue y el sonido de un televisor transmitiendo un película doblada al español. Unas cuantas personas sentadas sobre las mesas ubicadas de forma horizontal. El baño se encontraba en la esquina izquierda y la entrada a la derecha.
Se comienzan a escuchar murmullos cada vez más altos, se oye una campana y entra en escena Pablo, la televisión y los murmullos se detienen, hay silencio hasta que se sienta en la mesa del centro)

Pablo (viendo el vacío) .-Señor un ginebra y una cerveza...por favor (el señor de la barra prepara los tragos y se acerca a dejarlos sobre la mesa)

(Se comienzan a escuchar los pensamientos de Pablo mientras el escenario cambia de posición, salen las mesas del escenario, excepto la de Pablo, la cual se ubica en un último plano, entran en escena Mercedes y Luis)

Pablo (viendo a Merecedes y Luis tomándose el trago de ginebra)-. Era sábado por la noche, me encontraba inquieto -por algún motivo-, daba vueltas sobre la alfombra, me imaginaba recorriendo los laberintos de su textura, esa trama perfecta que me envolvía. Miraba a veces de una forma mal intencionada el reloj, quería que el tiempo sintiera, que esas agujas -aunque no tuvieran vida- se estremecieran, que percibieran ese frío en su médula de metal...sentía envidia, descontento, una aversión gigante hacia ese movimiento tan despreocupado sobre el tiempo, seguir, continuar...
tal vez eso era lo que me inquietaba.

(Continúa)

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Emociones

Las emociones que invaden mi espíritu son cada día más grandes y fuertes, me siento poseído por el placer, me siento atraído por el vicio, deshecho por el amor y vuelto a la vida por la libertad de haber podido escoger ese camino por el que voy hoy…
El mundo que creíamos ver no es ni la mitad de hermoso que ese universo que se esconde en nuestras miradas, en nuestras mentes. Ese animal que se esconde en nosotros, solo escapa cuando al fin dejamos las apariencias, dejamos a terceros por fuera y solo así podemos sentir, vivir como en verdad deberíamos. En realidad sentiríamos la realidad si nos dejáramos caer por una sola vez, cree en esos sueños, en esas ilusiones y en ese momento romperíamos el cristal y la realidad sería una vez más debajo del mar, la Luna sin explotar nos quemaría y arderíamos en fragmentos que al tocar el aire se hacen uno, convirtiéndonos en estrellas fugaces que atraviesan el cosmos.