Hacia dónde y cómo

Hacia dónde y cómo

sábado, 28 de julio de 2007

¿Cuanto vale su corazón?



Cuando el personaje de El Mercader de Venecia quiere cobrarle al señorito arruinado su libra de carne, y quería que se la extrajeran del pecho, cómo habían convenido, para ser exactos, Shakespeare no estaba hablando de una pesadilla extraña que corrió a escribir una madrugada fría. Hoy más que nunca podemos ver cómo todo tiene una precio: mi amor por ti, mi amor por el mundo, mi posición política, mi educación, mi salud y hasta la carne, hasta los riñones, los huesos, el corazón, los ojos, la sangre, los cartílagos, el semen, los óvulos. Todas las vísceras y secreciones y cavidades que nos conforman y que alimentamos con más que posibilidad, voluntad y oxígeno mientras estamos vivos, son ahora tasadas con precio como en la carnicería. Perdón, no suelo expresarme así cuando escribo pero no me queda más que decir "mae qué es este horror" ¿Dónde están los límites y la educación de valores en esta ariasland? ¿A dónde nos manifestamos los que decimos que no todo tiene un precio, que no todo es parte de lo que se vende en la pulpería de los avariciosos?
Ya sé que es el maldito materialismo que nos corrompe y nos vuelve peones de una batalla perdida para nosotros y ganada para el señor don Dinero. Pero hoy no quiero racionalizar con la polarización de esta fuerza crecida en medio de un imperio que hace rato perdió su carácter, su identidad como pueblo, y su libertad como humanidad. Es en ese desierto de valores personales y vitales que encuentra su clima ideal el libre mercado. Negociarán con todo lo que ya antes fue vaciado de sí (enajenado) y convencido de que tiene precio y no valor. ¿O es que para ellos ya no hay diferencia entre lo que tiene valor y tiene precio? Si sumo mi corazón, mis riñones, mis ojos, mi hígado, mis huesos ¿cuánto valgo para el Estado costarricense?, ¿tengo entonces ahora que pagar seguro por cada una de mis partes y cuánto, si estoy viva y cuanto, si estoy muerta? ¿Van a correr (libremente o engañadamente) todos los necesitados hasta matarse? ¿porque no? para venderse en pedacitos mientras que el Estado se lava las manos porque todo será legal? Porque en este caso los pollos de las granjas somos nosotros. Yo no he dado permiso de que se incluyan mis partes como negociables en ningún contrato. Mis partes que son las partes de todos, y que algunos donan, que otros roban y saquean y otros con sonrisa perfecta, quieren incluir en sus bienes, todo muy legal, a cambio de consumo brutal (maquilas de órganos como La Guacamaya, tienda de repuestos usados, para los autos). Ni semillas ni corazones, ni agua ni aire. Es mejor que estos mercaderes soliciten realmente lo que les falta, quizá encuentren donadores: alma y libertad, y eso, aunque ya hay gente que ha querido pesar el alma e incluirla con la posesión de sus siervos o apropiarse de algunas por deseo, como también de corazones, no tiene precio alguno. ¿Cuánto vale su corazón?

Escrito por Dorelia Barahona‎

jueves, 26 de julio de 2007

¿Un día feliz?


Hoy fue uno de esos días cuando desde que me levante, estaba decidido, me sentía feliz...ya son pocos los días así. Pero sí, hoy la vi después de un montón de tiempo, los segundos se hicieron minutos, los minutos horas el tiempo era eterno, pero al fin la vi. A veces me siento perdido cada vez que pienso en lo que siento por ella, que desastre, se me hace un caos total del cual disfruto
a cada milésima...
Fue tan cálido el abrazo, pero tan frío el no poder besarla, fue tan bueno verla pero igual sigo siendo egoísta y caprichoso, siempre querré más y no se puede como ella dice...
Fue un respirar haberla visto, me estaba ahogando en tantas ansias, las paredes estaban a punto de aplastarme. Pero no tiene sentido hablar de tantos sentimientos, no tiene sentido escribir poemas, dibujar universos que se consumen en dibujos sencillos, de nada sirven todas esas cosas, si ya ella y yo dejamos de vivir el momento, si ya caímos en la realidad que el presente que vivimos no será como yo lo sueño, ni como yo lo quiero. Y la culpa no es de nadie mas que del tiempo.

Fernando Bermúdez Kuminev

lunes, 16 de julio de 2007

Ensayo



Ensayo sobre La ética y a Libertad.



“Le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir” como dijo Jorge Luis Borges en alguno de sus escritos esta es una verdad contundente, son tiempos difíciles y puede que los sigan siendo, los seres humanos hemos ido evolucionando poco a poco en muchas cosas, pero lo fundamental y lo que nos hace diferenciarnos de los demás animales es que nosotros hemos dado un paso mas allá y nos hemos convertido en seres concientemente libres, pensamos y actuamos siempre teniendo en cuenta que poseemos justamente eso, la libertad. Pero que es en realidad la libertad, diría Octavio Paz que es el simple movimiento instantáneo de la mente al pronunciar las palabras si o no, no va mas allá que la decisión que tomamos a cada momento somos libres de hacerlo. Hacia eso nos dirigimos con que fin somos libres, creo que somos libres para vivir bien y poder crecer, ir mas allá de lo que somos y superar cualquier limite establecido claro esta que para poder vivir una mejor libertad debemos tomar en cuenta varias cosas de las cuales hablaremos mas adelante, porque no es lo mismo hacer lo que me da la gana sin pensar en las consecuencias que tenga a tomar una decisión habiendo tomado en cuenta los resultados de esta decisión. En el libro Ética para Amador justamente se habla de esto de lo que es la ética y justamente la ética es la forma en la que buscamos llevar nuestra vida de una mejor y más satisfactoria buscando vivir más humanamente con más sentido y no solo vivir por vivir, como harían muchos hoy en día sino que llevar y poner en práctica lo que es la verdadera libertad utilizarla bien y no desperdiciar nuestras oportunidades.
¿Cómo vivir mi libertad si siempre me estoy viendo limitado por las órdenes que me dan los demás o reprimido por las costumbres de la sociedad? Que complicado vivir así siempre, no poder hacer lo que queramos y cumplir nuestros “caprichos” como se decía en el libro las simples cosas que hacemos porque queremos y el ejemplo que se da en este caso es el de ir caminando e ir pateando una lata en la calle. Pero recordemos lo que hacía antes de empezar a patear la lata en su casa. Se levantaba por costumbre y además por una orden de sus padres ir al colegio, y conste que ellos no lo hacen porque si tiene un fin el ir al colegio, después de bañarse desayunar y lavarse los dientes cosa que hace por su bien. Y luego ir por la calle y patear una lata que esta tirada, nadie le dijo que lo hiciera simplemente lo hace y punto, pero que pasa si cuando las decisiones que tomamos no son así de sencillas sino un ejemplo como el del barco y su capitán, él tiene la orden de llevar el cargamento a tierra firme y en esos momentos pasa por una tormenta terrible y si no quita peso del barco se hundirá y hasta puede que mueran todos incluso él, entonces a quien obedece en ese momento seguirá las ordenes de sus jefes ó seguirá lo que su mente le dicta hacer que es tirar el cargamento y salvarse él y su tripulación.
La ética es un asunto complicado y no depende únicamente del pensamiento de cada uno y sino que debemos de tomar en cuenta de que los seres humanos somos seres que vivimos en convivencia y en una sociedad, interactuamos con otros de la misma especie y así vamos avanzando, de no ser así todo sería una anarquía y cada uno tomaría sus decisiones sin importar los demás. Pero hoy en día que es lo que vemos, de que ética hablamos si bien es cierto las injusticias en el mundo se dan cada vez más y más, las personas por su propio bien dejan atrás sus valores, se corrompen y violan los derechos de las otras personas sin importar nada más que su propio lucro, ganar dinero, ser mejor en algunos aspectos, la competencia y esta claro decir el sistema que se vive eso es lo que nos incita a hacerlo. Las acciones en el mundo no han sido bien llevadas desde las guerras hasta los países que han sido ultrajados por sus líderes han devastado países y continentes enteros como África.
Esta claro de que las personas que dirigen este mundo, las personas en la cuales esta el poder no lo querrán soltar por ninguna circunstancia y esto por que estas personas no tienen conciencia moral, ni social son personas que viven dándose los grandes lujos del ciudadano Kane y a fin de cuentas no se dan cuenta de que terminaran solos y odiados por su pueblo, pueblo que muere de hambre, pueblo pobre y triste que ha sido defraudado.
Llamo a la reflexión de la sociedad vigente y más que todo a los jóvenes es hora de tener un cambio de pensamiento, el mundo así como esta no va por buen camino y el que lo piense así creo que debería de echar un vistazo a las calles, a las noticias o a si mismo y que se de cuenta de la realidad. Y no digo que haya que dejar lo que uno tiene y ponerlo todo a disposición de los más necesitados, sino de que en realidad tengan una conciencia moral y social para que apenas podamos y se nos presente la oportunidad no cambiar el mundo cambiar nuestro propio entorno estoy seguro de que con eso lograríamos muchísimo aunque sea un granito de arena. El ser humano no debe de vivir únicamente buscando el mejor para si mismo únicamente ni para los demás únicamente tampoco, sino de hacer algo por todos y por el al mismo tiempo, pensar que haciendo algo bien por lo demás también lo estaré logrando por mi mismo.

Fernando Bermúdez Kuminev.

domingo, 15 de julio de 2007

Solo con el tiempo




Solo con el tiempo

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Uno aprende que el amor no significa sexo, y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender. Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.
Uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tú soledad, irremediablemente acabaras no deseando volver a verla. Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se vera rodeado solo de amistades falsas. Con el tiempo también aprendes que las palabras dichas en un momento de Ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados y al cuadrado. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionara que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo veras que aunque seas feliz con los que están a tu lado, extrañaras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido. Pero desgraciadamente, solo con el tiempo.

Jorge Luís Borges

A usted Mincho


¡A Usted...Mincho!

Claudio Monge Pereira

Lo he visto varias veces en vivo que llaman ahora, cuando uno tiene la oportunidad de encontrarse adrede o fortuitamente con una persona pública y famosa. La primera vez fue en la gradería de sombra del Estadio Saprissa. Se jugaba un partido entre el Club Sport Herediano y el Deportivo Carmelita. Y mi pequeño hijo y yo fuimos a dar a esas graderías gracias a un solemne e inesperado aguacero. Lo digo porque yo siempre he militado en la gradería de sol, desde que nací allá en las tierras coloradas de mi natal Grecia y hasta que muera, tostado y sencillo al lado de mi pueblo. Como no llegó mucho espectador a mirar ese partido y llovía tanto, abrieron el portón que separa a la crema de la nata y corran todos a guarecerse. Yo no sé si ya Usted estaba allí sentado o si entró como nosotros, lo importante para este relato es que se sentó a nuestro lado. Siempre admiré esa manera valiente y gallarda con la que Usted viste la ropa de su pueblo, y aquel día no fue la excepción. Departimos durante el resto del partido. ¡Qué humilde me pareció aquel hombre que yo admiraba tanto por su coraje como jugador! Y no sólo como un simple jugador, sino como ese jugador que en Costa Rica no existe o no lo vemos: el Patriota que deja su corazón y su sudor en la cancha por amor a su tierra y no por los dólares superficiales. Esa fue la primera vez que lo miré a Usted, don Benjamín Mayorga. Durante mi trayecto de regreso a San Isidro de Heredia, le relataba a mi hijo sus heroicidades como defensor de los colores patrios allá en Italia.

La segunda vez que lo miré a Usted en vivo fue en las calles de San José, en un Desfile de los Trabajadores el Primero de Mayo. Yo, que asisto a esos desfiles desde que tengo uso de razón y Usted no había nacido, sentí una enorme alegría al verlo caminando al lado de los pobres y humildes de esta tierra. En otras ocasiones, para esa misma fecha, yo había visto por esas calles a una sarta de oportunistas que buscaban sólo fortalecer sus intereses con populismo y demagogia: Calderón Fournier, Miguel Ángel Rodríguez con llamativa camisa roja, futuros ministros de trabajo y diputados. Todos ellos, lueguito no más, se olvidaron del pueblo y no volvieron a los desfiles.

La tercera y la cuarta vez que lo miré a Usted fue también por las calles de San José , marchando con su gente contra esta vergüenza que los ricos y los ignorantes llaman TLC, pero que es una mampara para destruir a Costa Rica. Usted a mí no me recuerda porque yo soy un simple ciudadano que va por este mundo de la mano de los pobres y de los humildes, sin aspavientos ni burdas pretensiones. Pero yo a Usted siempre lo recuerdo y lo respeto mucho. Me lleno de orgullo nacional siempre que lo veo, y furtivamente me acerco para poder darle un apretón de manos y hasta un abrazo.

Fíjese que yo escribo esta simple reflexión por puro respeto y cariño que le tengo a Usted y a su pueblo; que también es el mío. Pero también lo hago por la malacrianza de don Hernán Medford (ahorita nos sé si es más bien Mr. Med Ford o Von Medford o Sir o Lord, qué sé yo); por ese irrespeto que la ignorancia hace vomitar a los palurdos. Yo a don Hernán sólo una vez lo miré en vivo. Fue en el hotel La Condesa en San Rafael de Heredia. Yo estaba ahí por asuntos ambientales en un foro de esos que convocan los “ambientalistos” que llamo yo. Alguien dijo que el Lord de Ébano andaba por ahí y entonces yo hice una apuesta con un amigo mío muy envenenado, herediano. Me le acercaría y le pediría su autógrafo inocente y reverentemente. Fui y me le atravesé por su real camino. Sir Hernán me miró de pies a cabeza como si yo fuese un microbio, y eso que yo sin los tacones de acomplejado que él usa soy más alto aún. Con su mirada cargada de desprecio, él me hizo recordar un viejo episodio de mi vida estudiantil allá en las Europas. Había un pequeñísimo ciudadano de la República Africana de Burundi. Su color era casi morado y se parecía mucho a un ave llamada kiwi, apodo que mis amigos alajuelenses de inmediato le calzaron. Pues resulta que este amigo africano, siempre que me topaba en algún lugar de la Universidad o de la Residencia, se postraba sobre el piso y me hacía unas reverencias tan repugnantes que un día tuve que apañarlo y preguntarle por qué lo hacía. Me dijo que allá en su país, ante los hombres blancos y altos como yo, había que inclinarse y reverenciarlos. Me costó mucho convencerlo de la inutilidad de ese ritual pero lo logré. Luego fuimos entrañables hermanos y en broma yo lo cargaba sobre mis espaldas y lo paseaba por los corredores burlándonos de los esclavistas. Mi amigo pasó de ser la gallina que picotea el suelo al Águila liberada que surca los cielos. Pues en el hotel La Condesa, ante Von Med Ford y su resentida mirada camuflada de vanidad, yo me sentí como mi viejo amigo “Kiwi! Yo estaba de rodillas sobre el piso y el Buana Jim era un entrenador de pelota. Le gané la apuesta a mi amigo: le cambié la hojita autografiada por un litro de escocés, y mi amigo también logró su cometido: Le clavó los alfileres a la firma del Rey contra el piso de su casa y tome chichí…Herediano 3 y Saprissa 1. A lo mejor en estos días de TLC negocie con mi amigo el amuleto medformiano. Gracias a la providencia, jamás he vuelto a ver en vivo al Sir, sólo sé por la TV que a él le fascina y lo ciega, que gusta de tirarle su carro encima a los niños indefensos. También sé que ahora es “el profesor Medford”, y viera Usted don Benjamín Mayorga, yo trabajé formando profesores y profesoras en la UCR durante casi cuarenta años y jamás lo vi en sus aulas. Le he preguntado a colegas míos de las otras universidades serias y tampoco lo vieron ni en los cursos que se llaman “libres”, o sea, que no tienen requisitos. Aunque pueda ser que a Don Hernán lo hicieron “profesor” en la Facultad de Ciencias Ocultas de la Universidad Arqueológica Subacuática Saint Rin Tin Tin. Pero eso no viene al caso, aunque el “profesor” jamás se quite el birrete que dan en esa universidad: ¡la típica gorra yanqui!
Finalmente, don Benjamín Mayorga, comparto con Usted este deseo. Yo soy profesor jubilado de la Universidad de Costa Rica. A ella llegué con dos títulos de grado y uno de posgrado. Luego ella me otorgó otro, de posgrado también. A mi padre zapatero y a mi madre cocinera de hospital no les costó un cinco mi formación profesional. La pagó mi generoso pueblo con su Estado Social de Derecho. Ese fue el mejor TRATADO que firmaron mis antepasados para asegurar el futuro mío, el de mis hijos y el de mis nietos. Pero le decía que quiero compartir un deseo: el deseo de heredarle a Usted eso que llaman “ser Catedrático”, categoría muy honrosa que no sólo se gana con títulos sino con mucho HONOR, y por lo que le he contado en esta carta, Usted para honra de Costa Rica hace derroche de él. Yo como persona mayor puedo heredar lo que desee. Entonces lo hago, porque sé que en sus manos y en su corazón, estará en el mejor lugar. No así por el otro camino, el de la anemia de conceptos y profusión de adjetivos vacíos; comparsa anodina de esbirros, testaferros y alfombreros; buscadores baratos de filias y fobias cuya diligencia es propia de las sectas o de las mafias, cuyo círculo “cultural” hegemónico se babea recusando la complacencia y el vasallaje ante sus amos del Norte.
¡Este abrazo para Usted, Don Benjamín Mayorga!


San Isidro de Heredia, 12 de julio de 2007

sábado, 14 de julio de 2007

Va más allá.


Despertar mirar alrededor, el cuarto oscuro qué queda será levantarse...Aveces desearía poder quedarme dormido no unos minutos más, ni unas horas más desearía dormir para no despertar. Duermo con el único fin de vivir, vivir de verdad poder ser lo que soy y que el alma vaya muchísimo más allá, que pueda salir del cuerpo, que pueda salir del mundo y escaparse para ser lo que es...un alma que va más allá.

Emociones

Las emociones que invaden mi espíritu son cada día más grandes y fuertes, me siento poseído por el placer, me siento atraído por el vicio, deshecho por el amor y vuelto a la vida por la libertad de haber podido escoger ese camino por el que voy hoy…
El mundo que creíamos ver no es ni la mitad de hermoso que ese universo que se esconde en nuestras miradas, en nuestras mentes. Ese animal que se esconde en nosotros, solo escapa cuando al fin dejamos las apariencias, dejamos a terceros por fuera y solo así podemos sentir, vivir como en verdad deberíamos. En realidad sentiríamos la realidad si nos dejáramos caer por una sola vez, cree en esos sueños, en esas ilusiones y en ese momento romperíamos el cristal y la realidad sería una vez más debajo del mar, la Luna sin explotar nos quemaría y arderíamos en fragmentos que al tocar el aire se hacen uno, convirtiéndonos en estrellas fugaces que atraviesan el cosmos.