Hacia dónde y cómo

Hacia dónde y cómo

martes, 15 de febrero de 2011

Saltando


Siempre había pensado que ese aroma nunca más lo iba a volver a sentir, era terrible y al mismo tiempo tan maravillosamente exquisito, sentir esa fragancia y sentir como el cuerpo y la mente se separan en un viaje a otro momento, a otra calle, a otro cuarto -el suyo-, dejar de estar ahí recostado en el espacio -cualquiera que fuese en ese instante- para estar en su cama viendo sus ojos y sintiendo que el mundo se ha arreglado en medio del caos, que ya nada sobraba y solo esa ginebra esperándonos junto al pequeño guaitil que habíamos sembrado la primavera del año pasado Eugenia lo llamaba "el pequeño príncipe azul"...


Emociones

Las emociones que invaden mi espíritu son cada día más grandes y fuertes, me siento poseído por el placer, me siento atraído por el vicio, deshecho por el amor y vuelto a la vida por la libertad de haber podido escoger ese camino por el que voy hoy…
El mundo que creíamos ver no es ni la mitad de hermoso que ese universo que se esconde en nuestras miradas, en nuestras mentes. Ese animal que se esconde en nosotros, solo escapa cuando al fin dejamos las apariencias, dejamos a terceros por fuera y solo así podemos sentir, vivir como en verdad deberíamos. En realidad sentiríamos la realidad si nos dejáramos caer por una sola vez, cree en esos sueños, en esas ilusiones y en ese momento romperíamos el cristal y la realidad sería una vez más debajo del mar, la Luna sin explotar nos quemaría y arderíamos en fragmentos que al tocar el aire se hacen uno, convirtiéndonos en estrellas fugaces que atraviesan el cosmos.