Hacia dónde y cómo

Hacia dónde y cómo

miércoles, 22 de octubre de 2014

Tejer

Tejerse un sueño para ponérselo cuando uno quiera,
para  colgarlo y mirarlo, o para guardarlo y sacarlo
cuando ya nada tenga sentido.

Tejerse un sueño para nunca perderlo,
dejar que se impregne en la parte de atrás de mis
párpados,
que exista en ese infinito interior.

Nervios

Me tuve que detener a observarla, sus ojos eran un universo que me atrapaba,
estaba lejos y yo estaba paralizado.

Volvió a ver y sentí miedo, caminé rápido y reí ¿me habrá visto?

Tenía ganas de escuchar realmente su historia para perderme,
para encontrarla, para ya no estar más lúcido.


miércoles, 30 de julio de 2014

Cuentos de bolsillo V

Íbamos en el carro hacia su casa, estaba un poco distraído, quería un cigarrillo.

Entramos en los barrios de la clase acomodada, anduvimos unos 20 minutos antes de llegar a la mansión, nos bajamos del carro y nos dirijimos a la entrada de la casa, Álvaro el oficial que me acompañaba era joven, le pregunté mientras caminábamos hacia el pórtico “¿por qué este trabajo?”

Abrieron la puerta cuando me iba a contestar. Era la guardaespaldas del otro día, solo que esta vez tenía una lencería provocadora, y los anteojos oscuros puestos.
-Buenas noches oficiales, pasen por acá.

La mujer nos guió hacia la sala.
-Pueden sentarse, la señora Zumbado vendrá en un momento ¿desean tomar algo?
El oficial que me acompañaba declinó la invitación, y me vi obligado a hacerlo también, pude haber tomado wisky.

Se abrió una puerta y escuhé los alaridos de una muchacha joven o tal vez una niña, al mismo tiempo se escuchaba el “¡Por favor!” de un hombre, escuché un latigazo y la puerta se tiró. 

"Me imaginé saltando del sillón y tomando el arma (del estuche bajo mi brazo), apuntándole a la guardaespaldas, mientras le hacía señas a Álvaro de que fuera a ver que sucede. Y se escuchaban unos tacones caminar alejarse rápido, no sabíamos donde estaban o hacia dónde iban, Álvaro salió de la sala en la que nos encontrábamos y en eso los tacones dejaron de sonar, se escuchó como se abrió una puerta y unos perros comenzaron a ladrar, parecía que corrían"

Parpadeé. 

La guardaspeldas nos volvió a ver:
-A la señora Zumbado le gustan las películas GORE en estas épocas, sin embargo en la sala de cine tenemos una gran diversidad y cantidad de películas, cuando quieran pueden venir.

Álvaro me volvió a ver con los ojos abiertos como una lechuza, en ese momento apareció la señora Zumbado.



viernes, 23 de mayo de 2014

Pequeños cuentos de bolsillo (IV)

En el noticiero televisivo de la mañana  y en la portada del periódico más circulado había salido una foto de la investigación: 
"VENTA DE NIÑOS PASA DESAPERCIBIDA POR LA POLICÍA"

El negocio multi-millonario de trasiego de personas, principalmente niños para venderlos a hombres adinerados o de clase media alta, casarlos en el primer mundo o adoptarlos legalmente en Malasia era una práctica que se  había generalizado cuando se aprobaron las leyes del "amor libre".
"¿Cómo los había adquirido?"
Esa pregunta estaba pegada en el complejo mapa conceptual dentro de la pared  de la oficina, solo teníamos al asesino que se suicido, su hermana y los niños muertos en la portada del diario.

Soñé que Myriam moría en mis brazos al nacer.




Escrito por Fernando Bermúdez K.

Pequeños cuentos de bolsillo (III)

¡Qué horrible era!
Las paredes manchadas con lápiz labial habían distraído a varios de los policías mientras tomaban fotos de la escena.
La mujer del otro día, la del abogado y la guardaespaldas es hermana del que asesino a los niños en el sótano.
Mercedes y Miriam discutían sobre políticas fascistas en las universidades, el show de tres patines era lo mejor con ellas y Pablo.
Mamá dormía hasta las seis.

Escrito por Fernando Bermúdez K.

24-2-14

Sabía que cuando la veía a los ojos nos insinuábamos,
¡ya no eramos extraños!
Su mirada fija en el espacio vacío
hacia que quisiera brincar y desaparecer,
estar frente a sus ojos.
¿Realmente había amanecido?
Tenía esa y varias preguntas más, su olor dulce y un poco salado había quedado impregnados en mi bigote, cada respiración era como saborearla una y otra vez.
A pesar de todo me había vuelto adicto a ella, no nos habíamos besado aún -¿qué putas?-, ni la conocía y en cierto modo sabía que había caído ahí en ese vacío.

Escrito por Fernando Bermúdez K

12/13

Había encontrado lugares más allá del horizonte,
perdido entre verdaderas montañas y llanuras ardientes,
pero aún ahí encontraba aquél frío de la soledad...
era como una enfermedad ¿en mi cabeza?

Las fotografías  que habíamos logrado capturar y -crear- elegir
dentro del amplio panorama de verano-gringo-¿europeo?,
o sea el paisaje magnífico, y además catalogado científicamente como
único, las orillas del bosque tropical seco extinto. Han sido tal vez
hasta unos minutos atrás lo mejor
y el efectivo cumplimiento de un objetivo que ni siquiera
tuvo que ser concebido de forma a priori.

Escrito por Fernando Bermúdez K

martes, 25 de febrero de 2014

Pequeños cuentos de bolsillo (II)

No habíamos terminado de resolver el complejo y enfermo asesinato de los infantes asiáticos en el sótano, cuando entró aquella tarde eufórica y con una sola frase en la boca "¡HIJO DE PUTA!"
Gritaba una mujer de unos 40 años, bien vestida y con una guardia con anteojos oscuros siempre a su lado, un abagado y su maletín rectangular forrado en cuero negro, y una especie de secretaria-asistente-esclava que hablaba por el celular de manera constante.
Apenas entró, gritó y volteé de forma casi instantánea mi vista a las fotos de los cuerpos de los niños reventados sobre mi escritorio, pensé con tanta lucidez "nada puede estar peor que esto"

Por Fernando Bermúdez Kuminev

Emociones

Las emociones que invaden mi espíritu son cada día más grandes y fuertes, me siento poseído por el placer, me siento atraído por el vicio, deshecho por el amor y vuelto a la vida por la libertad de haber podido escoger ese camino por el que voy hoy…
El mundo que creíamos ver no es ni la mitad de hermoso que ese universo que se esconde en nuestras miradas, en nuestras mentes. Ese animal que se esconde en nosotros, solo escapa cuando al fin dejamos las apariencias, dejamos a terceros por fuera y solo así podemos sentir, vivir como en verdad deberíamos. En realidad sentiríamos la realidad si nos dejáramos caer por una sola vez, cree en esos sueños, en esas ilusiones y en ese momento romperíamos el cristal y la realidad sería una vez más debajo del mar, la Luna sin explotar nos quemaría y arderíamos en fragmentos que al tocar el aire se hacen uno, convirtiéndonos en estrellas fugaces que atraviesan el cosmos.