Íbamos en el carro hacia su casa, estaba un poco distraído, quería un
cigarrillo.
Entramos
en los barrios de la clase acomodada, anduvimos unos 20 minutos antes
de llegar a la mansión, nos bajamos del carro y nos dirijimos a la
entrada de la casa, Álvaro el oficial que me acompañaba era joven,
le pregunté mientras caminábamos hacia el pórtico “¿por qué
este trabajo?”
Abrieron
la puerta cuando me iba a contestar. Era la guardaespaldas del otro
día, solo que esta vez tenía una lencería provocadora, y los
anteojos oscuros puestos.
-Buenas
noches oficiales, pasen por acá.
La
mujer nos guió hacia la sala.
-Pueden
sentarse, la señora Zumbado vendrá en un momento ¿desean tomar
algo?
El
oficial que me acompañaba declinó la invitación, y me vi obligado
a hacerlo también, pude haber tomado wisky.
Se
abrió una puerta y escuhé los alaridos de una muchacha joven o tal
vez una niña, al mismo tiempo se escuchaba el “¡Por favor!” de
un hombre, escuché un latigazo y la puerta se tiró.
"Me imaginé
saltando del sillón y tomando el arma (del estuche bajo mi brazo), apuntándole a la guardaespaldas, mientras le hacía señas a Álvaro
de que fuera a ver que sucede. Y se escuchaban unos tacones caminar
alejarse rápido, no sabíamos donde estaban o hacia dónde iban,
Álvaro salió de la sala en la que nos encontrábamos y en eso los
tacones dejaron de sonar, se escuchó como se abrió una puerta y
unos perros comenzaron a ladrar, parecía que corrían"
Parpadeé.
La guardaspeldas nos volvió a ver:
-A
la señora Zumbado le gustan las películas GORE en estas épocas,
sin embargo en la sala de cine tenemos una gran diversidad y cantidad
de películas, cuando quieran pueden venir.
Álvaro
me volvió a ver con los ojos abiertos como una lechuza, en ese
momento apareció la señora Zumbado.