"Ella arregla la cama para dos.
Yo termino mi cigarrillo en un café
de la calle Neofit Rilski.
Ella se sienta en el balcón a tomar el té
y a pensar.
Yo tomo el autobus mientras el reloj marca
las 23.
Ella se peina frente al espejo y luego
pone la mesa para dos.
Yo bajo en la última parada y camino
hacia el apartamento.
Ella se sienta en el loby a esperar.
Yo abro la puerta del apartamento
y una vez más no hay nadie que me espere,
nadie ha puesto la mesa,
me siento en la cama, me dejo caer y prendo
un cigarrillo.
El abre la puerta y ella salta a sus brazos,
se sientan a comer mirándose a los ojos,
han detenido el tiempo,
al igual que todas las noches.
Yo aun sigo pensando...
y si no me hubiera marchado,
aun ella me esperaría cada noche
para sentarnos a comer y detener
el tiempo..."
Por Fernando Bermúdez Kuminev.
Por Fernando Bermúdez Kuminev.