Hacia dónde y cómo

Hacia dónde y cómo

jueves, 21 de abril de 2011

Itzamná

Era casi inevitable y además de eso, era sumamente contradictorio, pensar que era mentira que los dioses como Itzamná no vivián en los cielos, que bajaban era cierto, aquí en la tierra también somos hermosos, pero en definitiva y no existe discusión alguna, el vivir en esa cámara llena de estrellas, poder tocar las nubes, poder ver los dos mares el blanco y el azul, esfumarce el uno en el otro -o tal vez al revés-, poder estar en el limbo donde el cielo y el océano se hacen uno solo, presenciar como la unificación más esplendorosa y sutil de lo que es nuestro planeta sucede frente a sus ojos, se crea un espacio infinito y el es parte de ello, no me hacen dudar en lo más mínimo de su existencia. Y pues claro, tampoco dudo de la mía. Compañeros ¿ustedes si dudan?
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Emociones

Las emociones que invaden mi espíritu son cada día más grandes y fuertes, me siento poseído por el placer, me siento atraído por el vicio, deshecho por el amor y vuelto a la vida por la libertad de haber podido escoger ese camino por el que voy hoy…
El mundo que creíamos ver no es ni la mitad de hermoso que ese universo que se esconde en nuestras miradas, en nuestras mentes. Ese animal que se esconde en nosotros, solo escapa cuando al fin dejamos las apariencias, dejamos a terceros por fuera y solo así podemos sentir, vivir como en verdad deberíamos. En realidad sentiríamos la realidad si nos dejáramos caer por una sola vez, cree en esos sueños, en esas ilusiones y en ese momento romperíamos el cristal y la realidad sería una vez más debajo del mar, la Luna sin explotar nos quemaría y arderíamos en fragmentos que al tocar el aire se hacen uno, convirtiéndonos en estrellas fugaces que atraviesan el cosmos.