Hoy me fui a dormir con el cielo sin estrellas, pero con Luna, ¿que raro verdad, serán todos esos gases extraños que sueltan las máquinas?, me gustaría tanto poder a veces ver las cosas como las ven las plantas, poder hablar y entender como una, la que sea...Los árboles imagínese la cantidad de cosas que pueden vivir -con solo ya vivir en otro tiempo, vivir tantos tiempos a la vez...-, la cantidad de estrellas que han contado, la cantidad de historias y risas que pudieron haber escuchado y AÚN mejor la cantidad de estrellas fugaces.
Pero claro las plantas seguro que no le van a prestar atención a esas cosas, tal vez ellas ven lo que nosotros no podemos (hay una frase de un libro muy muy famoso, es el segundo libro con más traducciones, que habla de algo parecido), o tal vez ellas ven la luz diferente, la luz de las cosas...eso que solo el corazón ve....
Yo creo que cuando uno puede ver eso en alguien o en algo, la vida cambia. Ahora imagínese la vida de una planta, cambia todo el tiempo, renace, se desvanece en un éxtasis constante al descubrir a cada instante bellezas más y más indescriptibles -cuerpos de luz-, pero tan maravillosamente exquisitas y caóticas...
Lo más seguro es que las plantas no piensen nada de lo que pensé y describí en este conjunto de signos gráficos (letras) -¡que mal!, poner eso entre paréntesis me sacó de quicio-, puede que lo que ellas sientan, uno no lo vaya a sentir hasta convertirse en una de ellas, y ese es tal vez el asunto más complicado -trillado, dicen también por ahí-, que MUY probablemente vamos a terminar siendo una DE ELLAS.
Haber escrito esto fue un evento totalmente inevitable.
200. Cambio y fuera